Kevin Mitnick
se encuentra en libertad condicional tras haber cometido diversos delitos
informáticos. Juega el papel de hacker en la película, y a pesar de estar en
libertad vigilada, decide hackear la agencia de información SAS del gobierno.
El
gobierno al estar al tanto de esta situación contrata a Tstomu Shimomura, un
gran informático que seguirá de cerca los pasos de Kevin.
Es por
ello que Kevin se ve en la tesitura de cambiar repetidas veces de residencia a
lo largo de la película, desplazándose por diferentes partes de América, y a su
vez, preocupado de borrar las señales que va emitiendo, ya sea a través de Internet
o de su propio teléfono móvil para que así no puedan rastrearle y encontrarle.
Esta
situación de huída se da durante dos años, en los que Kevin siempre logra
escapar de la situación, intentando dañar a Tsutomu, como por ejemplo, hacheando
su ordenador donde descubre que este informático había creado un sistema
llamado Contempr, el cual era capaz de destruir todos los sistemas de seguridad
informáticos.
Durante
todo el film, podemos observar cómo considera Kevin ser un hacker. Y es que él
no lo considera como un delito en todo aquello que hace, lo cual le lleva a
desesperarle cada vez que intentan capturarle o se interponen en sus planes. Y
ya no solo eso, también tener que soportar su imagen robotizada en el periódico
New York Times, junto a un historial de persecución como hacker.
Finalmente
Mitnick consigue hacerse con el control de Contemp haciéndose con el control de
diez mil ordenadores a la vez para así reventar el código.
A su
vez, Tsutomu consigue localizar el escondite del famoso hacker y la policía consigue entrar en el
apartamento de Kewin, quien en el último momento hace públicos los datos de
Contemp, siguiendo la ética hacker que sigue durante toda la película. Pero
Tsutomu, que conoce dicha filosofía, consigue que la cuelgue en su ordenador
utilizando un repetidor falso.
Así,
Kevin es arrestado y Shimomura va a verle a la cárcel, donde mantienen una
conversación interesante: Kevin le confiesa que no logra diferenciar su
comportamiento y el de Tsutomu, que también había utilizado las técnicas de
hackeo aunque sirviese para capturar a los propios hackers.
Creo
que la película sabe mostrar bien la existencia de hackers y crackers en el
mundo informático, algo que no todas las
personas conocen. Yo personalmente he aprendido su significado, puesto que
parece que son términos corrientes que se conocen, pero la mayoría está
equivocada. Además, me ha sorprendido cómo se explica la ética hacker. Estoy de
acuerdo con que los individuos deben conocer toda la información existente,
aunque no todos la comprenderían.
Silvia López Sanz
Silvia López Sanz
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